Este interesante proyecto pertenece a la Universitat Politècnica de Catalunya y se encuentra situado en el mismo bloque que la Escuela de Arquitectura del Vallès. Finalizado en el año 2012, el edificio es una nueva residencia de estudiantes.
La idea inicial era que el edificio resultante mantuviera el equilibrio entre los volúmenes existentes sin destacar, pero al mismo tiempo conservando su propia identidad. Esto se ha logrado, entre otras cosas, mediante los materiales empleados en su construcción.
Un atrio social
La nueva residencia está formada por dos bloques paralelos a la calle, que cuentan con dos plantas y están separados por un atrio central. El diseño permite una conexión intensa y constante entre los residentes, tanto a nivel individual como de grupo, gracias a la flexibilidad interior de los apartamentos y el potencial del atrio como espacio social. El proyecto empleó solo un tipo de módulo, realizado con hormigón preformado y sin tabiques divisorios.
Elementos ensamblados in situ
Cada unidad cuenta con los elementos fijos mínimos, acabados muy básicos y las instalaciones necesarias. La mayor parte de los componentes se llevaron ya realizados al emplazamiento, donde se ensamblaron mediante sistemas de construcción en seco. Esto hace que cada módulo pueda ser desmontado y reutilizado, además de ser altamente reciclables. La disposición de los espacios en dos plantas, de forma que se aprovecha la forma de la finca, hace el acceso muy fácil sin necesidad de usar ascensores, pasillos ni escaleras. De esta forma se consiguió aprovechar la mitad del espacio que hubiesen ocupado estas estructuras.