¿Te gustaría vivir en una casa
modular ecológica?
5
Madrid, 11 ene (EFEverde).- Las casas modulares ecológicas son una nueva
fórmula de vivir en el campo más barata. Pero lo que pretende ser ecológico
suscita polémicas medioambientales entre los arquitectos, tanto por el lugar
donde se construyen como por sus materiales de construcción.
Diversas certificaciones y etiquetas ayudan a acreditar el trabajo de las
empresas que están haciendo un buen trabajo. Alguna precertificación como el
sello "Verde", emitido por GBCe (Green Building Council España),
avala las características de sostenibilidad de prototipos de viviendas
unifamiliares prefabricadas.
Lo que las hace ecológicas es la eficiencia y el ahorro energético.
Sin embargo, los materiales más baratos y utilizados son los metálicos, que no
son ecológicos.
Para la arquitecta, Teresa Eiroa, del Estudio de Arquitectura SLPC, por
casas prefabricadas "rurales y sostenibles, entendemos que no se pueden
hacer afirmaciones generales. Todo depende de muchos factores".
Algunos aspectos de los materiales pueden verse muy condicionados por las
exigencias normativas en cuanto a seguridad estructural, comportamiento en caso
de incendios, etc.
Es difícil que muchos elementos constructivos sean 100 % ecológicos o que
de serlo se fabriquen en un lugar próximo a la fábrica, por ejemplo, si un
material es interesante, pero hay que traerlo en avión, empieza a ser menos
ecológico por los impactos derivados del transporte.
Según la arquitecta, toda producción de energía mediante sistemas activos
repercute en el medio ambiente, incluso utilizando fuentes renovables. Sólo el
aprovechamiento de estrategias pasivas (ventilación natural, soleamiento,
protección solar, etc.) podrían reducir el consumo sin dañar el medio ambiente.
"En definitiva, lo más sostenible es ahorrar en el consumo para reducir el
gasto energético".
Respecto a la adecuación climática depende del diseño espacial
(dimensiones, proporción, orientación, etc.) y de las características
constructivas (aislamiento, puentes térmicos, sistemas de climatización
empleados, etc.).
"En este aspecto no se debería proponer un modelo único que valga para
todos los lugares, convendría poder adaptarse a cada caso concreto",
aseveró Eiroa.
Estas casas se pueden hacer con un
proyecto previo, como una vivienda convencional, pero luego hay casas que se
instalan únicamente con un permiso del Ayuntamiento y pagando unas tasas.
Para Teresa Eiroa, en cuanto a su ubicación en el medio rural habría que
ser tan estricto como con cualquier otro tipo de viviendas, para evitar
impactos no deseados en el territorio y cumplir con la normativa urbanística.
Aseguró que "nuestros objetivos son que las casas sean baratas
de mantener, baratas de calentar, aprovechar la recuperación del agua y
contaminar lo menos posible", "la casa está hecha como si fuera una
cámara frigorífica, donde el calor y el frío se mantiene, lo que hace que sean
muy eficientes energéticamente".
"Este tipo de construcciones tienen un gran potencial de cara a la
sostenibilidad, pero hay que ser rigurosos con el análisis en cada
situación", concluyó la arquitecta Teresa Eiroa.